"Aquí se trabaja para vivir, no se vive para trabajar" bonita y filosófica frase de Francisco Arteche, el director general para Europa occidental de Microsoft. Con ella intenta resumir el giro que ha dado la estructura de esta empresa, que parece querer llevar a rajatabla lo que entre ellos mismos llaman "win, win; si la empresa gana, nosotros ganamos".
Ahora sólo haría falta comprobar que no se queda en una propuesta, o que no es algo de eso que se dice pero no se hace... Y para mi asombro, o todos mienten, o realmente Microsoft está llevando a los trabajadores por un camino diferente que funciona en todos los sentidos.
Desde becarios o mujeres que han tenido hijos, hasta altos cargos que en ocasiones normales estarían impregnados de pinganillos y estres, aparentan estar de lo más relajados, trabajando sólo lo necesario, quedándose en casa todo lo que necesiten... Y lo más increíble es que la empresa les paga por darles masajes, regalarles un ordenador con ADSL y un móvil, o dejarles entrar más tarde a trabajar. Pensareis que hay truco, pero no, aquí no hay trampa ni cartón, se han dado cuenta de que de este modo, los trabajadores rinden mucho más, y son más productivos, por lo que cualquier cosa que puedan hacer por ellos es poco.
Un claro ejemplo lo da Rosa María García, presidenta de Microsoft Ibérica, que se tomó sus 17 semanas de baja por maternidad con toda la tranquilidad del mundo, comprometiéndose a leer los correos desde su casa, eso si, sin contestar. Y así podría continuar con muchos ejemplos, que ayudarían a entender cómo esta empresa se ha convertido en la más deseada para trabajar, por lo menos por los universitarios.
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